martes, 7 de enero de 2014

Preguntas para lograr una vida integral y feliz en abundancia



“Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia…” Jn 10, 10. Me encanta leer y analizar este versículo pues Jesús nos lo manda porque sabe que fuimos diseñados para ser felices. Dios nos otorgó diferentes “componentes” para vivirlos integralmente. Si cuido y desarrollo todos mis componentes soy integral, y si soy integral, soy feliz en abundancia.


Nos dio un componente social para descubrir el amor en el otro, entender y estar cerca de nuestros amigos en los momentos difíciles, saborear la alegría, compartir momentos buenos y malos, con la posibilidad de crear lazos sólidos con personas iguales a nosotros, con defectos y virtudes, para sentirnos humanos y unidos.

Pregúntate: ¿Cuánto dedico a construir y desarrollar mi parte social?... ¿Cuánto tiempo de calidad invierto con mis amigos?... ¿De qué calidad mantengo mi Sistema de Soporte?...

Nos dio un componente físico increíble. Un tesoro inconmensurable repleto de engranes maravillosos de células, huesos, tejidos, músculos y órganos que realizan millones de pequeños grandes milagros cada día. Somos los más ricos del mundo con este tesoro.

Pregúntate: ¿Qué hago con mi cuerpo?... ¿Qué tan consciente soy de esta riqueza?... ¿Qué uso le doy a mi cuerpo?

Nos dio un componente intelectual que nos permite pensar, tomar decisiones, elegir, crecer y procurarnos a nosotros mismos. Elementos que nos permitan desarrollarnos y sentir la satisfacción de usar nuestra mente de forma positiva.

Pregúntate: ¿Qué hago para cultivar mi intelecto?... ¿A qué pensamiento decido dedicar energía?

Nos dió un área espiritual, una puerta mágica para conectarnos con Él, para sentir en la oración su grandísimo amor, constantemente nos llama por nuestro nombre, con cariño, simplemente para hacernos sentir toda su presencia.

Pregúntate: ¿Cómo le respondo?... ¿Cuántos minutos al día se los dedico a Él?... ¿Cuántos dedico a la poderosa oración que me recuerda que soy hijo de Él?

Nos dio un componente profesional, para sentirnos útiles y plenos haciendo algo que nos permita ganarnos la vida. Nos invita a honrar nuestra existencia contribuyendo a construir una civilización de amor, poniendo al servicio de los demás nuestros talentos.

Pregúntate: Teniendo mi vida económica resuelta, ¿seguiría trabajando y haciendo lo que hoy hago si no me pagaran?

Nos regaló el componente familiar como una bendición. Empoderó nuestros corazones cálidos que juntos forman hogares y propician sueños, forjan destinos y protegen nuestros anhelos.

Pregúntate: ¿De qué manera honro a mi familia?... ¿Qué pasaría si le dedicara a mi familia la misma energía y tiempo que le dedico a un proyecto profesional?

Hagamos conciencia diariamente que estamos integrados por diferentes áreas, evitar la tentación de dedicar toda nuestra energía y pasión a sólo una o dos de ellas porque eso nos llevaría a “sobrevivir” en lugar de “vivir en abundancia”.

No hay formulas para la felicidad, hay teorías e ideas, y ésta es una de ellas. Entre más “explotemos” y hagamos uso de todos nuestros componentes, esforzándonos por ser Integrales, estaremos acercándonos a la plenitud.

Texto: Hugo Cantú

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