martes, 1 de abril de 2014

Compromiso: Un valor para vivir con nuestro equipo


Trabajar en una empresa como Compartamos es una gran oportunidad, pues siempre está llena de retos que me ayudan a crecer espiritual y profesionalmente. Recuerdo cuando ingresé hace años como promotor, fui atrapado por la transparencia y Mística de la Institución, algo que impacto de tal forma en mí, que no hay día en el que no agradezca por haber recibido esta oportunidad, en donde la mejor forma de corresponder, es el compromiso constante con mis labores.

Por: Alejandro Peña Hernández - Gerente Regional Veracruz Rivera

Teniendo en cuenta lo anterior,  el compromiso me ha llevado a comprender, que la mejor forma de mejorar como persona, es ir superando los retos que se me presentan y dejar de estancarme en zonas de confort. Cabe mencionar que en el trabajo del día a día, se van a presentar obstáculos, problemas, fricciones, y una serie de pruebas que a final de cuentas, son nuevas oportunidades para crecer.

Una de las lecciones que me ayudaron a crecer fue en mi primer año como gerente, pues en los puestos que había ocupado anteriormente, siempre había destacado, me había acostumbrado a ser reconocido por el cumplimiento de metas; sin embargo, al convertirme en gerente, mi responsabilidad fue el crecimiento en clientes, algo que durante el primer periodo la brecha de incumplimiento se hizo más grande de lo que debería y al cierre del año -aunque la brecha se redujo- no eran los resultados esperados.

En aquél momento, cometí el error de pensar que sólo con las “ganas” de llegar a la meta sería suficiente, sin tomar en cuenta que mi equipo de trabajo debía comprometerse con el proyecto, algo que de no ser por la retroalimentación que recibí, los resultados no hubieran mejorado.

Comencé a darme cuenta de este error, cuando los indicadores  de la oficina comenzaron a empeorar, pese a los esfuerzos y estrategias que emprendía a diario con mis colaboradores. Y a pesar de que mi gerente regional ya me había comentado sobre la situación, fue hasta que toqué fondo cuando comprendí que no podía continuar así, que yo solo no iba a lograr los resultados, que con la pura exigencia no llegaríamos a ningún lado; así que cambié mi estrategia y me puse a integrar al equipo mediante actividades sociales, deportivas, voluntariados y sobretodo el diálogo “uno a uno”, en concreto, buscamos darle una identidad propia al equipo para generar un compromiso fuerte con el trabajo y gracias a Dios, lo logramos.

La realidad es que para conocer el éxito, necesitamos en algún momento experimentar el fracaso, pero no para quedarnos estancados, sino para ser la diferencia con nuestro compromiso, debemos motivarnos a salir adelante, a aprender de los errores, para así emprender nuevas acciones que propicien buenos resultados.

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