Es común encontrar artículos en
revistas, carteles o comerciales de medios masivos donde nos hablan del valor
de ser positivos, tener claro lo que deseamos y saber hacia dónde vamos, sin
embargo el hecho que estemos bombardeados por una ola de mensajes positivos no
garantiza nuestro éxito, y no es porque no seamos capaces de superarnos,
simplemente que podemos estar bajo los efectos de la palabra “No”.
Por: Fernando García
¿Y cómo puede ser esto posible?
Resulta que nuestro cerebro traduce los mensajes de diferente manera a como son
expresadas, transformando las palabras en símbolos o imágenes; así que la
palabra “No” para el cerebro es negativa, incluso si se encuentra en medio de
una idea “positiva”.
Recuerdo hace algunos años cuando
me encontraba estudiando la universidad, el profesor de Psicología de la
Comunicación nos hablaba de una campaña publicitaría para evitar el consumo de
drogas en los jóvenes; el caso era simple, bombardear a la sociedad con la
frase “Di no a las drogas”, algo que
a simple vista sonaba muy lógico y positivo, pues decir “no” a las drogas era
todo lo que tenían que hacer los personas para evitar su consumo. Sin embargo,
los resultados fueron desalentadores, pues en lugar de reducir el consumo de drogas,
este se incrementó, ¿cómo fue esto posible si la campaña era clara?
Para comprender este caso se nos
explico que nuestra mente siempre necesita imágenes para asociarlas a nuestros
pensamientos. Sin importar el mensaje que quieras transmitir tu cerebro formará
inmediatamente una imagen de cada palabra.
Desafortunadamente existen
palabras que no pueden ser transformadas en imágenes por nuestro cerebro, como
es el caso del “No”, pues esta expresión ampliamente negativa carece de una
representación en nuestro cerebro. Por eso la frase “Di no a las drogas” realmente era traducida por el cerebro como “… a las drogas”, lo cual explica el
incremento en el consumo de las mismas.
Ahora bien, es probable que
pienses que este tipo de cosas a ti no te pasan, sin embargo piensa un poco y
recuerda en cuantas ocasiones usas la palabra “No” dentro de tus frases
cotidianas.
“No quiero llegar tarde”
“No me gusta tener deudas”
“No corro, no grito, no empujo”
“No fumar es bueno para la salud”
“No voy a fallarle a los demás”
“No me rendiré”
Estos son algunos ejemplos en los
cuales tu cerebro evita la palabra “No”, por lo que nos queda lo siguiente:
“… quiero llegar tarde”
“… me gusta tener deudas”
“… corro, … grito, … empujo”
“… fumar es bueno para la salud”
“… voy a fallarle a los demás”
“… me rendiré”
Vistas de esta manera, -tal como
lo hace el cerebro- ya no son tan positivas nuestras frases, orillándonos a lo
que pareciera ser un efecto contrario al planeado por nosotros.
¿Y cómo puede ser posible que el
cerebro elimine la palabra “No” cuando nosotros en plena conciencia lo tenemos
totalmente claro?
La respuesta a esto se encuentra
al principio de este texto, “nuestro cerebro sólo piensa en imágenes”, por lo
que cuando usamos expresiones con la palabra “No”, lo único que conseguimos es
que nuestra mente dibuje aquello que pretendemos negar.
Esto también lo podemos observar
con los niños, mismos a los que estamos acostumbrados a decirles “No” en una
gran cantidad de ocasiones. Cuando le dices a un niño “No toques eso”, “No corras”, “No grites” su mente solo entiende el
“Toca, corre, grita…”. Esto explica
porque la mayoría de los niños pareciera que nos retan haciendo lo contrario a
lo que se les pide.
Para comprender desde otro punto de vista esta situación te invito a que realices los siguientes ejercicio:
Ejercicio 1
1.- Imagina un árbol, verde y
frondoso.
2.- Ahora, no veas una manzana
roja colgando de él.
3.- No veas ninguna manzana roja y
jugosa.
4.- ¡Haz un esfuerzo y no veas una
manzana roja y jugosa en el árbol!
¿Cuál fue el resultado?
Seguramente, viste una manzana roja en el árbol, e incluso pudiste olvidar que
dicho árbol era verde y frondoso con tal de concentrarte en la manzana roja.
Ejercicio 2
Pídele a tu equipo de trabajo que
“No” piensen en un elefante rosa colgado de una telaraña, agitando sus orejas
al ritmo de música electrónica”.
Después de pedirles que “No”
piensen en eso, pregúntales ¿qué fue lo que pensaron? La respuesta en su
mayoría será contraría a lo que les pediste que “No pensaran”.
Una vez comprobado como trabaja
nuestra mente debemos buscar una manera de cambiar nuestra forma de cambiar
nuestros mensajes negativos.
¿Y cómo se logra esto?
Si hablamos que nuestra mente
asocia las palabras con imágenes, todo lo que debemos hacer es cambiar la forma
de expresar nuestros pensamientos, por lo que las frases mencionadas
anteriormente podrían aplicarse de la siguiente manera.
En lugar de decir: “No quiero llegar tarde” puedes
expresar: “Voy a llegar temprano”.
En lugar de decir: “No me
gusta tener deudas” puedes expresar: “Pagaré
todo lo que debo”.
En lugar de decir: “No fumar es bueno para la salud” puedes
expresar: “Si dejo de fumar será benéfico
para mi salud”.
A los niños en lugar de decirles “No corras dentro de la casa”, puedes
decirles “Quiero que camines despacio
cuando estés dentro de la casa”.
Y en el caso que te mencionaba al
principio sobre “Di no a las drogas”,
se decidió cambiar por la frase “¡Vive
sin drogas!”, misma que continúa vigente pues otorgó mejores resultados que
su versión anterior.
Cómo podrás darte cuenta la
solución está al alcance de todos, sólo es cuestión buscar una manera asertiva
y positiva de expresar lo que deseamos. Se trata de ser conscientes, y
acostumbrarnos a la formulación en positivo de nuestros objetivos.
Evita que tu diálogo interno se
convierta en un obstáculo en tu vida, si tienes una meta u objetivo por
cumplir, busca utilizar palabras que dibujen en tu cerebro aquello que quieres
lograr. Recuerda que nosotros somos lo que pensamos, así que piensa en positivo
y serás asertivo.
Entonces, ¿cuándo podemos decir “No”?
Fuera de los procesos neuronales
que implica en nuestra vida la palabra “No”, es importante aclarar que la
palabra como tal puede ser empleada abiertamente como medio de expresión al
momento de utilizarla como respuesta ante alguna situación que vaya en contra
de nuestros principios, ya que no se trata de decir “Sí” a todas las peticiones
que nos hagan.
Cuando te encuentres en duda al
respecto del uso de la palabra “No”, sólo recuerda esto “Si va en contra de mis principios o capacidades puedo utilizarla como
respuesta”, así por ejemplo si eres vegetariano y te ofrecen un platillo
que contenga carne, podrás decir “No, gracias”.
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