
Nos dio un
componente social para descubrir el amor en el otro, entender y estar cerca de
nuestros amigos en los momentos difíciles, saborear la alegría, compartir momentos
buenos y malos, con la posibilidad de crear lazos sólidos con personas iguales
a nosotros, con defectos y virtudes, para sentirnos humanos y unidos.
Pregúntate: ¿Cuánto dedico a construir y desarrollar mi
parte social?... ¿Cuánto tiempo de calidad invierto con mis amigos?... ¿De qué
calidad mantengo mi Sistema de Soporte?...
Nos dio un
componente físico increíble. Un tesoro inconmensurable repleto de engranes
maravillosos de células, huesos, tejidos, músculos y órganos que realizan millones
de pequeños grandes milagros cada día. Somos los más ricos del mundo con este
tesoro.
Pregúntate: ¿Qué hago con mi cuerpo?... ¿Qué tan
consciente soy de esta riqueza?... ¿Qué uso le doy a mi cuerpo?
Nos dio un
componente intelectual que nos permite pensar, tomar decisiones, elegir, crecer
y procurarnos a nosotros mismos. Elementos que nos permitan desarrollarnos y
sentir la satisfacción de usar nuestra mente de forma positiva.
Pregúntate: ¿Qué hago para cultivar mi intelecto?... ¿A
qué pensamiento decido dedicar energía?
Nos dió un área espiritual,
una puerta mágica para conectarnos con Él, para sentir en la oración su
grandísimo amor, constantemente nos llama por nuestro nombre, con cariño, simplemente
para hacernos sentir toda su presencia.
Pregúntate: ¿Cómo le respondo?... ¿Cuántos minutos al día se los dedico a Él?...
¿Cuántos dedico a la poderosa oración que me recuerda que soy hijo de Él?
Nos dio un
componente profesional, para sentirnos útiles y plenos haciendo algo que nos
permita ganarnos la vida. Nos invita a honrar nuestra existencia contribuyendo
a construir una civilización de amor, poniendo al servicio de los demás
nuestros talentos.
Pregúntate: Teniendo mi vida económica resuelta, ¿seguiría
trabajando y haciendo lo que hoy hago si no me pagaran?
Nos regaló el
componente familiar como una bendición. Empoderó nuestros corazones cálidos que
juntos forman hogares y propician sueños, forjan destinos y protegen nuestros
anhelos.
Pregúntate: ¿De qué manera honro a mi familia?... ¿Qué
pasaría si le dedicara a mi familia la misma energía y tiempo que le dedico a
un proyecto profesional?
Hagamos
conciencia diariamente que estamos integrados por diferentes áreas, evitar la
tentación de dedicar toda nuestra energía y pasión a sólo una o dos de ellas
porque eso nos llevaría a “sobrevivir” en lugar de “vivir en abundancia”.
No hay formulas
para la felicidad, hay teorías e ideas, y ésta es una de ellas. Entre más
“explotemos” y hagamos uso de todos nuestros componentes, esforzándonos por ser
Integrales, estaremos acercándonos a la plenitud.
Texto: Hugo Cantú
No hay comentarios.:
Publicar un comentario